Acepto mirarme al espejo con la condición de que esa imagen que devuelve me resulte indiferente y esto no va a suceder. Apenas concibo la vida sin que en esa imagen estemos juntos. ¿recuerdas?... Prometimos no hacerlo nunca por separado. Prometimos sernos fieles; mirarnos juntos como si fuéramos esa masa que solo la muerte puede separar, tal como dijo aquel señor que nos casó…
No hemos muerto… se que tú no has muerto. No sé muy bien si yo estoy del todo vivo; pero aún voy y vuelvo del trabajo cada día por el mismo lugar, sin atender a la imagen que me devuelven los espejos que encuentro por el camino. Temo que llegues a saber que, aún sin querer, puedo llegar a serte infiel… tal vez ahora no importe. Creo que tú ya no eres fiel. Estoy seguro que ya no… Y no lo puedo soportar.
Sé que ya no eres mía, que tu imagen ya no comparte con la mía el espacio limitado de los espejos… Sé que hay otros espejos y otras compañías. He visto fotos. Tu imagen flotando en el vacio del cristal sin mi… y por más que aproximo la fotografía a lo que soy, la imagen mía sigue estando ausente…
Si me vieras, sabrías que yo te he sido fiel y también podrías contarme cual es mi aspecto… En el trabajo me han advertido que comienzo a resultar desagradable y que probablemente tengan que plantearse buscar una solución… Ellos no lo entienden. No pueden comprender que yo seguiré siéndote fiel hasta que vuelvas. No me interesa encontrarme en el espejo porque sé que nada es verdad si tu no estás…Para que quiero una imagen incompleta?... no soporto pensar o imaginar mi imagen aislada, sola en el vacio… Piensan que no es normal mi actitud. He escuchado decir, a escondidas, que estoy loco… pero loco de verdad. Algunos tienen miedo… yo también tengo miedo. Temo a los cristales, al papel de aluminio, a las cosas de acero inoxidable, a las pantallas de los televisores cuando están apagadas, al cristal del microondas, a la superficie quieta del agua, al ascensor…
Yo te perdono. No me importa que te dejaras atrapar en solitario por cien espejos… me da igual… volveremos a empezar como si no hubiera nadie más…
José Angel Fernández Díaz