Decía manuel Azaña el 13 de Octubre de l931. Luego este país volvió a ser católico por imposición, atenazado por el miedo. La Constitución actual garantiza la libertad de culto así como la separación de Iglesia- estado. La libertad religiosa es como la que existe para afiliarse a cualquier otra asociación con intención de hacer proselitismo. El problema nace cuando los valores son contrarios a la libertad, son antidemocráticos, sexistas, homófobos, discriminatorios y se enseñan en las escuelas. No estaría mal que se enseñara en las escuelas lo que ha hecho a lo largo de la historia la iglesia católica, incidiendo, naturalmente en los valores que la definen y que son contrarios a la libertad, a la igualdad y a la felicidad.
Todas las religiones son dogmáticas, autosuficientes y mientras pueden serlo, fundamentalistas; es clave su convencimiento de poseer la verdad absoluta y de disfrutar de autoridad suficiente para imponerla a los demás a cualquier precio. El Estado Democrático que por definición solo puede ser neutral en el materia de religión no puede ni debe abandonar esa condición aun considerando que una gran mayoría de ciudadanos profesa, como sucede en España, la religión católica. Resulta escandaloso que existan convenios con la iglesia católica que garantizan la presencia de curas en Cuarteles, Hospitales y centros de enseñanza y que estos convenios nos obligan a su financiación. No es menos chocante, aunque socialmente admitido, que se impartan clases de religión católica en colegios y escuelas públicas y con fondos públicos. Que en aulas de colegios públicos o concertados, financiados por el Estado, estén presentes los crucifijos o, lo peor, que ministros, diputados, alcaldes, funcionarios, prometan sus cargos tantas veces frente a una biblia y un crucifijo.
Es cierto que la separación Iglesia y Estado no es fácil. Ha de ser necesariamente tensa; pero si no se consolida definitivamente, los aspectos fundamentales de los derechos humanos y la soberanía individual pueden verse seriamente agredidos y dañados, desvirtuando, en consecuencia las bases del sistema democrático.
La iglesia católica puede pedir a sus fieles que sean consecuentes con los principios que conforman su ideario. La Iglesia tiene una gran estructura que le permite influir de forma educativa, mediática y económica en la sociedad y está intromisión puede destruir derechos individuales fruto de muchos sacrificios. Gran parte de los creyentes han perdido la fe en la Iglesia Católica pero no han conseguido perderle el miedo o el respeto. Sin remontarnos a la edad Media, basta recordar su necesario apoyo a regímenes asesinos en Latinoamérica y España para entender cuales son los pilares sobre los que se sostiene.
La iglesia católica acusa de asesina a una sociedad que, atajando una realidad incuestionable, aprueba una Ley del Aborto, cuando, oponiéndose al uso del preservativo, mata a quienes contraen el sida y que por otro lado no tienen medios para adquirir medicinas. Desprecian la homosexualidad, considerando a quienes no son heterosexuales enfermos, como hacía la santa inquisición. Curioso y vergonzante para quienes son la organización con mas condenas firmes y que no cesan, por pederastia y abuso infantil llevadas a cabo fundamentalmente por homosexuales dentro de la propia Iglesia.
Molesta a la iglesia católica el divorcio, el matrimonio entre personas del mismo sexo, la clonación, la mejora de la legislación sobre el aborto o su despenalización, la píldora del día después, los anticonceptivos y el control de la natalidad en general. Según ellos deberíamos despreciar esta sociedad y volver a la vieja o quizá a una nueva sociedad medieval. Su abrumadora coartada de la trascendencia, el castigo y el ser divino son un acantilado contra el que se estrellan las olas de la razón. La iglesia se enfrenta a una progresiva pérdida de fieles que huyen cada vez mas a religiones sin dios, a dioses sin religión, a la suerte, los astros, etc…
Una sociedad democrática debe velar para que la Iglesia no desborde la esfera que le corresponde, que es la de lo privado. Solo así puede impedir que imponga sus convicciones y viole la libertad de culto y con ello la libertad en general. Esta bien recordar que otra vez España ha dejado de ser católica.
José Angel Fernández Díaz (Publicado en la Revista "Razón Socialista") el dibujo es la idea de República que mi hija tenía a los 6 años.