Quedamos, creo, en Plutón… íbamos a cenar en Plutón. Ella apuntó la dirección en la palma de mi mano, con un bolígrafo que había aprendido a sangrar el color de la ilusiones. Las instrucciones eran precisas, tanto que tuve la intención de ir a pie y sin...
Echo en falta el sabor de tus labios y el calor de tus pieles encontradas entre las sábanas revueltas. Echo en falta el continuarte donde lo dejamos ayer/hoy, hace un suspiro de horas, porque tenemos límites donde parar para tomar aire y luego volver...
Puede que no te quiera bien Pero te quiero A mi manera Te quiero Y mi manera es un modo lleno de formas Una forma llena de modos Un fondo sin pozo Una causa con rebelde anónimo Una causa Que tiene tu nombre Y tu perfume Que te tiene a ti… sin tenerte...
Huyendo del calor de la India, nos fuimos a las montañas, buscando escapar de aquel sofocante infierno de colores pardos, naranjas bermellones azules y también verdes, terminamos en la ciudad de Simla y luego Narkanda no muy lejos del impresionante Himalaya…...
Todos los días desde aquella primera vez me aplicaba en sacar brillo a los zapatos de cenicienta. Periódicamente bajaba al supermercado y comparaba dos litros del mejor limpiacristales… Ella me lo agradecía llevándome de paseo en su carroza, siempre después...
Me quedé con el recorrido placentero pero plagado de curvas peligrosas aquel al que me invitaba el dibujo de tus formas… Apenas era capaz de escuchar como explicabas con gran precisión los principios generales del derecho. Entonces eras mi atención concentrada,...
La luz coqueta de la mañana había invadido nuestra pequeña isla de sábanas revueltas y libros a medio leer, de besos hipotecados y notas para una revolución permanente, de pancartas exquisitas y carteles heredados. Yo te miraba desde el breve espacio...
Se deslizaba la tristeza entre los poros abiertos sobre la vetusta pared, correteaba silenciosa entre los muebles apoyados sobre un suelo ignorado por andares inquietos, cansados, moribundos o desnortados, estaba alojada en cada libro que los años habían...
No sé bien en qué año sucedió, pero lo cierto es que nuestra vida, la de mi hermano, mis padres y la mía, cambió. Recuerdo a mi padre con ella en los brazos; tan pequeñita y peluda. Nos dijo que era un pastor alemán; pero no se parecía a los que yo conocía...
Tuvimos demasiadas oportunidades para no querernos y no nos quisimos algunas veces… solo algunas. Dulce tenía una curiosa manera de respirar cuando contaba mentiras. Contaba mis mentiras en silencio o casi y cuando tenía un buen puñado me arrojaba a la...
Quiero morir dentro de ti… Morir poco a poco pero con fuegos artificiales Morir dentro de ti Y resucitar al otro lado del Universo O de la cama en su defecto. Y pegarle un lametón a la madrugada Con tu mano atrapada en la mía. Quiero morir como ninguna...
Presumía de ser un hombre acabado… terminado, concluido, hecho y derecho… Presumía siempre, siempre presumía y de tanto presumir y quererse como animal superior, había desaprendido el cómo de la vida compartida. Apenas se percató de cuan pétreo era el...
Si tengo que morir Y es probable que eso suceda, Quiero morir de amor, Amando o haciendo el amor, Con el corazón ocupado, Conquistado, Tomado, Robado por la locura, De un otro corazón, Capaz de sincronizar, Anocheceres, Despertares, Resacas, Tormentas,...
Aquella noche, sobre la mesa que compartían en el viejo bar, una botella vacía del entrañable licor de hierbas, ocupada en sus entrañas por un papel que resultó ser una carta … Arturo, el dueño del local, la señaló y explicó al poeta que su amigo la había...
Manuel tenía sesenta años y nos ha dejado. Amaba a Pili, sin duda la amaba; porque amar es tener dolor, sentir dolor y pensar mas allá de uno mismo, preocuparte porque el ser al que quieres esté bien… Manuel era un hombre bueno y será para siempre un...
A pesar de todo… la lluvia contigo a mi lado. Puede que la vida nos hubiera dado demasiados días de lluvia, tempestades y tormentas, pero juntos supimos inventar lugares donde refugiarnos de casi todo. Tampoco es para tanto si acordamos comparar esas...
Culpable de madrugar para que el día me dure mas y trasnochar para que las noches me encuentren esperándote. Culpable de saltarme el “toque de quédate” e irme para casi nunca volver. Culpable de volver cuando te estás lavando el pelo con los ojos cerrados...
Tan solo treinta y cuatro y medio … Treinta y cuatro y medio de tu parte, por tu parte y treinta y cuatro y medio de mi parte y por mi parte… Treinta y cuatro y medio, mirándonos a los sexos como si fueran otros labios y otros ojos … y otra manera de...
El muy animal se dejó caer con los ojos cerrados , de espaldas al cielo y con la certeza bien alta de que la cabeza era el detonador y, al tiempo, la carga explosiva de sus sueños. Dame un minuto -dijo antes de dejarse caer- , “ dame un minuto y te enseño...
De tanto tontear perdió el norte… La fe mueve montañas pero, desde mi tontería, te aconsejo que no te sientes a esperar… La vida es eso que sucede mientras esperas a que pasen cosas, no?... El fin justifica los miedos… Si, los miedos. El miedo me ha llevado...
De tanto intentarlo, acabará atentando contra el principio de sus finales… luego pulsará el detonador de la potente carga de ideas perdidas, para hacer trizas los girones de lo poco que ha ido quedando. Luego la nada y, poco más?... Escuchaba, como debe...
El reloj cobró protagonismo de súbito, cuando la campana alojada en su interior llamó la atención, explicando que la tarde alcanzaba ya a la noche y todo pese a que el sol ardía aún entre los árboles al fondo, justo donde, sin grandes esfuerzos podía...
Cuando apenas sabias hablar, corrías tras las olas que volvían, pacíficas y mínimas al interior del mar… Puede que tuvieras miedo de perderlas para siempre. Corrías por la playa con pasos breves y despistados. Dejabas, para la memoria efímera de la arena,...
Anoche llegué tarde al mejor momento de uno de mis mejores sueños. Apenas rozaba la felicidad cuando, de un tirón súbito y violento, la campana que despierta al mundo que me tortura, hizo trizas las primeras piezas de la esperanza… Mañana, para vengarme,...
La mujer a la que amo tiene la misma manera de mirar con la que me puso a soñar una noche de otoño. De aquella noche de otoño a esta tarde de primavera han pasado mas de dieciocho años… y nos miramos igual pero con la seguridad de que conocemos el camino...
- Vendo Manual de Supervivencia para Corazones rotos, con mucho uso.
- Se agradecen los comentarios... yo también tengo derecho a leer.