Algunas veces una palabra abandonada al borde de otra, una mirada fuera de contexto, un gesto al aire desalentado, huidizo… una llamada que debería haber sido y no fue o una respuesta magnificada por la ausencia… Algunas veces la falta del alimento para el espíritu amigo hace que aquel enferme o muera ya no de hambre, si de tristeza… de esa que no tiene rostro, tampoco voz, que no mira porque tiene por costumbre guardárselo todo en el fondo de lo que ya fue y quizá no volverá a ser…
Algunas veces la amistad es blanco certero de la indiferencia, es unidireccional, no tiene respuesta por mas que se exprima… a veces es camino sin retorno, ausencia, carencias y silencios, abismo plagado de ecos…
Algunas veces la amistad verdadera es no estar siempre, cada día a cada instante sino, sobre todo, cuando es preciso estar… y estar siempre no es estar cuando es importante hacerlo… Un amigo esta cuando debe y este debe es una alarma que se enciende en el interior del sentimiento.
Algunas veces, la amistad perdida, tiene la forma de mirar de quien habiendo conquistado la riqueza mas grade, súbitamente se ha quedado en la miseria… algunas veces, solo algunas veces.
José A. Fernández D.