Intentando escribir una historia para colonizar alguna página de su blog, se descubrió hablando de si mismo y no solo a la pantalla en blanco sino al puñado de fotos que contaban, de alguna manera, el viaje alrededor de la desesperación y la impotencia. Habían pasado dos o tres semanas desde que dejará Africa para volver a casa, sin querer hacerlo. No tenía sentido haber estado, intentarlo y volver cuando comenzaba a ser útil, cuando era capaz de entender que cosas no son posibles y otras casi imposibles y ciertamente definitivas.
En Mayo de 2015, en Níger, había afectadas de meningitis mas de 6500 personas y un mes después, médicos sin fronteras, consiguió reducir el impacto a solo un dos por ciento de la población pero al sur en Diffa la situación se hace crítica porque acechan la malaria y la desnutrición y la ayuda humanitaria apenas llega. Por desgracia, al huir de los conflictos armados en los alrededores del Lago Chad, el acceso al agua potable, la asistencia sanitaria se limitan o pierden… En julio las lluvias lo complicaron todo aún mas…la solidaridad de los otros pueblos estaba desbordada por el número de desplazados…
Yo llegué allí, a Diffa, en Diciembre, para colaborar en la atención de personas afectadas por un brote de Cólera, 270 si no recuerdo mal… Y he vuelto, he vuelto demasiado pronto.
Cuando dejas aquello y vuelves al “país perfecto” en que vivimos eres incapaz de creer en nada y mucho menos en esa teórica justicia divina que da de comer a tantos solteros de oro, enfundados en anacrónicas vestimentas tantas veces adornadas con oro y otros disparates, que no se molestan en imaginar cuanto puede sufrir el ser humano antes de morir y podrirse bajo el sol o alcanzado por alguna enfermedad de la que ya no se tiene ni idea en el mundo civilizado… o por un proyectil cargado de ira.
Cuando dejas aquello y enciendes la televisión terminas por odiarte al sentir que perteneces a esa clase de seres que aceptan el mundo así, desequilibrado, injusto, asesino… enfermo de egoísmo y ceguera… te duele la inteligencia cuando la ignorancia es reina y todo el mundo quiere ser así, como ese gran hermano, esa mujer insultada por si misma o ese hombre que admiran tanto aquellos otros que no tienen trabajo o comida para sus hijos y que se ha hecho multimillonario no por sus facultades con el balón sino mas bien con las sinrazones de aquellos que lo idolatran…
Cuando dejas aquello te duele saber que aquí eres un verdadero inútil y que necesitas para vivir lo que aquellos otros no van a tener en toda su vida… Dependes de un estúpido teléfono que ya no sirve para hablar con los demás, cuentas una vida inventada a través de lugares que no existen y donde otros como tu se entretienen engañando e hiriendo, insultando y perdiéndose como personas para encontrarse como animales…
Cuando dejas aquello sabes que la vergüenza se ha venido contigo y sabes que de nada sirve gritar o criticar porque quieras o no tu también estas siendo engullido por la enfermedad de la que nadie se ocupa porque todos estamos demasiado ocupados enfermándonos…
Creo que me han abandonado las ganas de contar una historia inventada… quizás mañana.
José A. Fernández Díaz.