23 septiembre 2012
7
23
/09
/septiembre
/2012
22:57
Amo la vida porque está construida con sorpresas y giros inesperados. Soy un aventurero pasivo, me dejo llevar, ocupar, sodomizar por los acontecimientos. Oponiendo resistencia la vida tiene que ser aburridísima… Me cedo constantemente, porque quiero machacar el pasaporte a base de entradas y salidas en cielos e infiernos…
He amado y seguiré amando hasta que mis labios no sean capaces de sonreír; entonces, solo entonces, me dejaré besar como si fuera un buda de resina o una virgen de palo…
He probado la política perversa y venenosa que engulle y convierte las ideas sanas en montañas de mierda inútil e incómoda y me alejé a tiempo, con aquello en lo que creía, apretado contra el pecho…
He leído hasta confundir mi viaje real, la aventura de la que soy víctima, con peripecias ajenas de las que supe despertar a tiempo y de las que guardo gratas e ingratas heridas…
He intentado describir recurrentemente sensaciones que desbordan los límites del contenedor donde se alojan mis pasiones, torturas y perversiones…
He reído pensando y sin pensar en los demás… he sido egoísta y también lo contrario o bien otra cosa que, riendo o sin reír se sobreentiende parte de una curiosa aventura transversal compartida…
He llorado con dolor, impotencia, felicidad. He llorado sin miedo, sin vergüenza, sin consuelo, con lágrimas mías y también compartidas…
He dado la vuelta a los bordes de la piel que me contiene para ofrecerme tal cual soy, sin costuras ni marcas, desnudo de costumbres y prejuicios, caretas y disfraces… he dado la vuelta a los bordes de la piel mía para ser amigo fiel.
He dibujado con trazos gruesos y ruidosos las ideas con las que sobrevivo en la jungla donde arden las farsas y las mentiras con las que otros se ganan la vida y el respeto que no merecen…
Amo la vida, mientras seamos el uno de la otra, mientras no caduque y la muerte no nos separe…
José Angel Fernández Díaz