Justo al despertar ellos dos…
Justo al despertar ellas dos…
Encontraron que ya eran libres, libres de amarse como si fueran ella y el o el y ella, como si esa condición de anacronismo hiriente y desproporcionado hubiera viajado al baúl de las cosas rotas… como si la vida no impusiera condiciones, en nombre de todos los dioses inventados por hombres y mujeres vacios…
A pesar de esa esperanza primera, encontraron, mas tarde pero demasiado pronto para sorprenderse, que todo era mentira y que la realidad en la que habían despertado pronto apestó a viejo desván … otra vez.
José A. Fernández Díaz